• viernes, 22 de noviembre de 2024

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HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

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HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aquí tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad y representan a judíos, barrabases y a la muerte. Elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua... Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin él redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

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HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

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HUEJUQUILLA EL ALTO, JALISCO, 31MARZO2024.- Antes de emprender la subida a la Sierra Wixárika, en el inicio de la Sierra Madre Occidental, se juntan los estados de Jalisco, Zacatecas, Nayarit y Durango; aqui tiene cabida "La Judea", sin Cristo ni cruz, sólo “borrados”, hombres que pintan todo su cuerpo, eliminando su personalidad, y representan a los judíos. Esta Judea tiene elementos de distintas culturas, en que se mezclan, por supuesto, la tradición católica, la penitencia pública y las creencias de los pueblos originarios, en particular la wixárika y tepehua. Todo el pueblo y el turismo se reúne en el centro del pueblo para presenciar y recibir, uno que otro chicotazo, sus tradiciones y que año con año se dan cita disfrazados para llevar a cabo la celebración. La fiesta principal se ralizá el viernes santo, los borrados inician el acto saliendo a la plaza principal corriendo con enormes sombreros de cartulina multicolor. Son los judíos, quienes con algarabía van “agarrando” a la gente para pedir una cooperación para la fiesta, todo bajo el control de los "cueros de cochino", otros borrados con máscara de tapir armados con un chirrión. Ahí comienzan los enfrentamientos, la gente participa en ellos, protegida por chamarras gruesas y sombreros de petate con cuero, desafían, “torean” a los borrados, nada más con un palo para defenderse de los chicotazos, representando un acto sobre la búsqueda de redención y castigo, que ejercen los látigos sobre la piel. A medio día se liberan los barrabases, personajes principales de esta historia sagrada y profana. Después de purificarse revolviéndose en jarales, se arman de látigos y, al igual que los Cueros de cochinos, son toreados por los asistentes, en la plaza principal para luego caminar, en procesión, a varios lugares del pueblo, lanzándose naranjas en un torbellino creciente de euforia y violencia. Todos estos personajes envalentonados por el tepe, bebida tradicional del lugar, un destilado de agave con peyote. En medio de toda la fiesta ronda la muerte, delgados jóvenes disfrazados, que corren durante toda la ceremonia y tocan a los asistentes como una huella de mal augurio con sus dedos pintados de negro. Poco a poco todo el pueblo es una gran fiesta de latigazos y risas. Este teatro tradicional se termina el sábado con la quema de los judas. Esta Judea es sin viacrucis ni Cristo, acá la lucha entre bien y mal se resuelve sin el redentor. FOTO: ADOLFO VLADIMIR /CUARTOSCURO.COM

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A trescientos kilómetros de la capital Zacatecana, en el municipio de Jiménez del Teúl se realiza cada año, desde su fundación en 1591; durante la Semana Santa, la enigmática y colorida “Judea”, en la este año, alrededor de entre 60 y 80 participantes representa de manera teatral-ancestral la pasión de Cristo.Con pocos cambios desde su origen, uno de los pasajes más significativos del catolicismo, se entrelaza con las tradiciones de los pueblos originarios de la región de lo que hoy es Zacatecas y su frontera con Durango, Nayarit y Jalisco; muestra la interpretación que estos pueblos tuvieron del acto litúrgico al momento de la conquista espiritual.

A trescientos kilómetros de la capital Zacatecana, en el municipio de Jiménez del Teúl se realiza cada año, desde su fundación en 1591; durante la Semana Santa, la enigmática y colorida “Judea”, en la este año, alrededor de entre 60 y 80 participantes representa de manera teatral-ancestral la pasión de Cristo.Con pocos cambios desde su origen, uno de los pasajes más significativos del catolicismo, se entrelaza con las tradiciones de los pueblos originarios de la región de lo que hoy es Zacatecas y su frontera con Durango, Nayarit y Jalisco; muestra la interpretación que estos pueblos tuvieron del acto litúrgico al momento de la conquista espiritual.

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